No conocemos en esta parte del mundo ese frío del que otras almas hablan pero sí conocemos, y comprendemos, las palabras de aquellos que lo sufren.
Es por eso que, en el prólogo de Tres maneras de estar sola (Renacimiento, 2012), la gaditana Inmaculada Moreno afirma que casi la poesía la salvó de esas soledades (…) porque un puñado de poemas no salvan de nada. Habla en este caso de Mascha Kaléko, que con sus versos nos muestra una sinceridad desgarradora, una profunda vulnerablilidad y una actitud de kamikaze adhiriéndose al mundo amoroso. Son estos tres los sentimientos pertenecientes a cada una de las partes en las que se divide la antología de esta poeta de idioma germano.
Compartiendo lengua con ella encontramos a Lotte Laserstein, que se mueve en otro ámbito: el de la pintura. Contando con numerosos autorretratos, su obra se compone, básicamente, de retratos realistas a intelectuales destacados y a personajes alemanes estereotipados.
Ambas tienen en común, además, la provocación del silencio del orbe al crear, del que habla Mascha en uno de sus textos, mientras nos transmiten la sincera visión de su paso por la vida.
PARTE I – La reflexión y la ironía
«El sufrimiento no nos justifica»
«Leiden läutert uns nicht»
PARTE II – La nostalgia
«Hablan de mí sólo en voz baja / y señalan mis costras. (…) Hago los bártulos, me marcho / a la ancestral manera de mi estirpe»
«Sie sprechen von mir nur leise / Und weisen auf meinen Schorf. (…) Ich schnüre mein Bündel zur Reise / Nach wralter Vorväter Weise»
PARTE III – Los amores
«Deberían encarcelar mi alma / en un coto que no se te someta»
«Man sollte meine Seele strafversetzen / In ein Revier, das dir nicht untersteht»